ESÓFAGO DE BARRETT
ESÓFAGO DE BARRETT
El esófago de Barrett es la modificación de la mucosa de la parte final del esófago cuando es sustituida por mucosa del intestino delgado. Generalmente, este fenómeno suele aparecer tras una inflamación crónica mantenida en el tiempo en pacientes con esofagitis péptica de base. Una vez se ha confirmado su presencia, éste es permanente. Además, el esófago de Barrett es considerado una lesión premaligna que puede predisponer al desarrollo de un cáncer esofágico. El riesgo de desarrollar un cáncer en el tiempo es pequeño, pero significativo, de ahí que esté indicada su vigilancia mediante gastroscopia -cribado-.
CEA Navarra responde tus preguntas
¿Qué síntomas produce el esófago de Barrett?
Lo más frecuente es que el esófago de Barrett sea asintomático. Si bien, los pacientes con esófago de Barrett pueden presentar, o haber presentado con anterioridad, síntomas relacionados con una enfermedad por reflujo ácido –pirosis, dolor retroesternal o regurgitación de alimentos.
¿Cómo se diagnostica el esófago de Barrett?
Para alcanzar un diagnóstico definitivo de esófago de Barrett es necesario la realización de una gastroscopia donde se demuestre el cambio de la mucosa del esófago distal, y que estos cambios mucosos sean además confirmados histológicamente a partir de las biopsias obtenidas durante la gastroscopia.
¿Qué conlleva tener un esófago de Barrett?
El esófago de Barrett es considerado una lesión premaligna con potencial de transformación en cáncer de esófago. El riesgo es variable y depende de varios factores como longitud del esófago de Barrett y presencia de displasia.
¿Entonces, voy a tener cáncer de esófago?
No. La probabilidad de desarrollar un cáncer de esófago a partir de un esófago de Barrett es generalmente baja y está relacionada con la longitud del esófago de Barrett y con la presencia de displasia en las muestras obtenidas durante la gastroscopia.
¿Se puede curar el esófago de Barrett?
No. Una vez se ha establecido el esófago de Barrett, éste ya no desaparece y se mantiene en el tiempo. Sin embargo, la falta de tratamiento puede hacer que éste avance en longitud e incremente el riesgo de padecer un cáncer.
¿Entonces, cómo tratamos el esófago de Barrett?
El tratamiento inicial del esófago de Barrett es evitar que éste progrese. Para ello, hay que tratar la enfermedad de base que lo ha producido, en este caso el reflujo ácido del estómago que asciende al esófago y lo quema. Esto se consigue con tratamiento farmacológico -omeprazol y similares- o con cirugía. Con estos tratamientos evitamos la progresión del esófago de Barrett, pero no son eficaces para eliminarlo ni curarlo.
¿Qué seguimientos hay que realizar?
El control del esófago de Barrett se realiza mediante gastroscopias seriadas con toma de 4 biopsias cada 1-2 cms de longitud y a lo largo de toda la lesión. El intervalo de tiempo transcurrido entre una gastroscopia y la siguiente gastroscopia viene determinado por la presencia o ausencia de displasia en las muestras previas y la longitud del esófago de Barrett.
¿Qué significa tener displasia?
La displasia sólo se puede observar cuando se toman biopsias del esófago de Barrett y se analizan bajo el microscopio. La presencia de displasia hace referencia a cambios morfológicos de las células y, puede ser de bajo o de alto grado. La displasia de alto grado confirmada en dos ocasiones y por dos médicos distintos tiene una alta probabilidad de malignizar.
¿Qué pasa si tengo displasia?
La presencia de displasia se debe confirmar en 2 biopsias consecutivas, espaciadas por un tiempo y tras incrementar la ingesta de inhibidores de ácido. Si se confirma su presencia, se pueden valorar varios tratamientos -endoscópico o quirúrgico- según la experiencia del centro y del médico que lo realiza. Si la lesión está limitada se puede resecar por endoscopia y quemar el resto del esófago de Barrett después. Si esto no se puede porque la lesión no está bien limitada o es extensa, se debe valorar la cirugía en centros especializados.